"Sin duda el mejor momento de un hombre comienza cuando por fin conoce la realidad, cuando logra optar por la vida que ya entiende y asemeja aquello con lo que desea para su futuro"
"...No recuerdo la hora del viaje sin embargo, de seguro las 12:00 del día debieron de ser. Aquella tarde te conocí te hallabas en tu silla sentado, contando cada momento de tu imaginación, viviendo el día a día de tus manos y capturando en tus ojos todo aquello que pudieses guardar.
No sabias contar, ni menos podías modular correctamente las palabras, quizás fue el tiempo adecuado para conocerte- ¿qué es lo peor que podrías decirme?- pensé..."
Fue lo primero que logró colocar definitivamente en una hoja, en más de alguna ocasión pensó en escribir aquel momento, pero una y otra vez le resultaba necesario borrar lo ya detallado... es más, no fueron más que estas palabras las que logró colocar en aquella nota, de seguro en algún momento necesitaría terminarla pero, ¿qué era realmente lo que deseaba decirle?
Los días pasaron, algunos meses y se dice que los años no fueron tantos, la interrogante era una sola, más no entendía que le podría decir... siempre se sentaba tras aquel mesón con un lápiz en su mano, esperaba unos minutos y, tras no ver respuesta alguna de sus emociones se colocaba de pie y apagaba la lámpara.
Cierto día, tras una larga jornada, su nivel de cansancio había rebasado lo acostumbrado, pero sin embargo se había vuelto a sentar frente a aquella hoja, tantas cosas hubiere deseado decirle pero ninguna de ellas le parecía suficientemente consistentes en lo deseado y, los detalles de aquel día ya resultaban cada vez más borrosos.
Ya habían pasado algunos años, más aquella nota aun no había sido terminada, la persona a la cual estaba dirigida, no se encontraba en ella, sin embargo, sus frases siempre le hicieron pensar que faltaba algo...
Cierta noche, sin borrar palabra alguna simplemente agregó:
"Por sobre todo lo que te puedan decir... Disfruta el presente mientras esté en tus manos...
Cuídate y hasta pronto..."
