Corpus et animus

Always two

Tomó un vaso con agua para luego caminar hasta su habitación, el pasillo parecía largo aun cuando sólo ocho pasos le separaban de aquel descanso. Finalmente entró en ella, se sentó sobre su viejo abrigo, dejando el recipiente sobre el mueble aledaño y sin desprenderse de sus zapatos se recostó sobre ella.

Tomando posición fetal observó por la ventana que acompañaba a su cama, era tarde...
- ¿Qué habrán hecho para que las cosas sean así?

*- Dicen que existe un anciano que cada noche baja desde la luna y ata con un hilo rojo a las personas que en el mundo estan destinadas a estar juntas, aquella ligazón puede estirarse y tensarse pero jamás cortarse.

Dejando entre abierto sus ojos mientras observaba el encendido de la ciudad, dijo:
- ¿Por qué he de tener dos brazos, dos piernas, dos pulmones e incluso mis dedos son pares...y así sucesivamente?

*- No, no es siempre así...

Soltando un suspiro, y mirando nuevamente el cielo y mientras cerraba sus ojos señaló:
- Si... sólo tenemos un corazón...

*- Pero incluso, cuando sólo tenemos uno... al estar frente a frente con otra persona, su corazón rellena el lugar donde debiera estar el otro que nos pertenece...

A lo que agregando entre sueños dijo:
- Incluso a esta distancia...una carta.

Kaiser


Fue de seguro una tarde de invierno, eras una pequeña criatura, pero tus ojos hacian encender las llamas en las lluvias, realmente eres especial.

No me hablabas, pero gustabas de jugar entre mis pies, caminabas a pequeños pasos, nos eras una alegría el escucharte temer por unas escaleras

- Me escuchaste decirte que te amo? que te extrañaré? por favor, no nos olvides...

Te veo correr bajo el agua de aquellas regadas tardes de veranos... gran sorpresa tuvimos al verte crecer... eres realmente un gran acomapañante...

- Gracias por cuidar a mis abuelos, gracias por gritarnos al vernos llegar... por correr tras nosotros por una caricia y alegría...


Aquella tarde en que nos alejamos, no sabía si te volveria a ver después, sin embargo, resististe mi amigo... creciste y envejeciste hasta vernos seguros...

- ¿Me escuchaste respirar junto a ti?.. ¿cómo podía darte más de las alegrías que nunca cobraste por entregarme?


Nunca me olvides por favor... nos veremos algun día... esperame del otro lado, para que volvamos a caminar juntos...Te amo mi gran amigo, descansa en paz...