
Pisando con fuerza sobre el lodo, mirando a la costa arrebatar un poco de arena, esperando que devuelva el mar al fin, aquel detalle que quiso esperar.
- Lo siento... soy ciego, un estúpido...
Caminó en dirección a una roca, sentándose frente al oleaje, una leve brisa rezó sus brazos y pequeñas gotas de mar, le recordaron el adiós...
- ¿Estarás a esta hora durmiendo ya?
Exhalando una salada estrella fugaz, dejó caer la noche sobre su cabello y encendiendo así las luces de la ciudad... dos luces cayeron al agua firme
- Te he encontrado...
- Finalmente lo has hecho...-respondió
- ¿Me extrañaste?..- preguntó
- Por eso estoy aquí
Tomando su mano y colocándose en pie, observaron al alba para, finalmente desaparecer...