El sol fue posándose
en las ventanas y el mundo bajó hacia ellos…

Recostados sobre
un sillón, lagrimas descendieron por su rostro, el mundo se tornaba nublado…
-
¿Quieres
tomar aire?.- le dijo
-
Es muy
tarde.- respondió ella
-
Y ¿qué
importa?, no irás sola, ¿quieres?.- contestó
-
No sé…
hace frio allá afuera.- replicó
-
Nos podemos
abrigar, además, no irás sola, ¿vamos?
-
Bueno.-
secándose las lagrimas de sus mejillas salieron de aquel lugar
La oscuridad
estaba por todos lados, pero los focos de la calle iluminaban sus manos y
rostros
-
Los días
son cada vez más cortos.- le dijo ella
-
Si.-
respondió él y sonrió, pensando que no importaba aquello, mientras estuvieran juntos.
Tomando su mano comenzaron a caminar por
aquella fría noche, pequeñas gotas caían desde el cielo más no de sus rostros,
el frio calaba en sus pies, más no en sus brazos…
-
¿dónde
vamos? .- pregunto ella
-
A caminar
en cualquier lugar.- señaló
-
¿tan
tarde? .-
Tomando ambas manos y, colocando unas sobre las otras mientras seguía entrelazadas, le dijo:
Tomando ambas manos y, colocando unas sobre las otras mientras seguía entrelazadas, le dijo:
-
No
importa que tan tarde sea… siempre que tu no puedas más, yo te levantaré, (mientras
empuja con un par a las otras dos entrelazadas) porque cada vez que yo no pude,
tu me empujaste hacia arriba, así somos nosotros, así funciona nuestra familia.
Sonriendo levemente iluminaron el mundo un poco más aquel día…