
Día tras día caminaba por entre la gente sin rumbo alguno, realizaba siempre el mismo trayecto por aquella vereda, con una moneda en su mano derecha la que lanzaba hacia su mano izquierda tres veces y cuando se disponía a lanzarla una vez más, detenía su paso, se hincaba, encogía la cabeza hasta topar con su pecho, cerraba los ojos y los volvía a abrir, miraba hacia el cielo y, sonreía para luego proseguir su paso. Ciertamente la gente del pueblo se encontraba acostumbrada a la actitud del joven, quien incluso en periodos de lluvia la practicaba. Cierto día, una niña muy curiosa se acercó a él y preguntó:
- ¿Por qué razón tienes un papel en el bolsillo?
El joven sorprendido ante la pregunta la observa tímidamente y responde:
-¿Perdón?
A lo que la niña repite:
- Quiero ver que dice esa hoja que guardas en el bolsillo
Con una sonrisa tímida y a la vez de sorpresa el muchacho pregunta:
- es que sólo te interesa saber eso?
Niña: - Sí, solo eso
Muchacho: - Y, ¿por qué?
Niña: - Porque todos en el pueblo creen que eres un loco, y sólo miran tu moneda y lo que haces pero nadie ha visto la hoja que guardas...
El joven sorprendido ante el detalle de la niña responde:
- Es tu obsequio...
Sutilmente se agachó susurrándole algo al oído, sin nada se fue.
Años después, el padre de la niña quien ya había crecido le pregunta cual había sido el secreto y que es lo que decía la hoja, a lo que la adolescente saca de su cartera un papel, se lo entrega y le menciona las palabras susurradas:
"No sé que te hizo especial, pero espero nos volvamos a ver pronto"
El padre, tomó la hoja y leyó en voz alta: "No importa cuantas veces intentes jugar con la suerte y me intentes explicar el porque haces ciertas cosas, si en verdad deseas ver lo que siento, dime que me quieres y haz algo por ello"
El padre algo anonado por lo dicho, pregunta a la joven:
- ¿Y la moneda? y... ¿Por qué hacia esas cosas?
A lo que la adolescente tiernamente lo observa y le dice:
- Es algo que tu mismo debes descubrir…